11. La Sanidad Divina
Creemos que Dios tiene poder para sanar todas nuestras dolencias físicas, si así es su voluntad y que la Sanidad Divina es un resultado del sacrificio de Cristo; pues El llevó todas nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores (Is. 53:4). La sanidad del cuerpo se efectúa por una combinación de la fe del creyente y del poder del Nombre de Jesucristo que se invoca sobre el enfermo. El Señor Jesucristo prometió que los que creyeran en su nombre pondrían la mano sobre los enfermos y éstos sanarían (Marcos 16:18). Los enfermos deben ser ungidos con aceite en el Nombre de Jesucristo por ministros ordenados para que el Señor cumpla sus promesas (Juan 14:13; Salmos 103:1-4: Lucas 9:1-3; 1ra. de Corintios 12:9; Santiago5:14-16).
Creemos que la sanidad Divina se obtiene por la fe y que en caso de que algún hermano tenga necesidad de someterse a los cuidados y ministraciones de la ciencia médica, los demás no deben criticarlo, sino considerarse a sí mismos y guardarse de encontrar condenación con los que ellos mismos aprueban (Romanos 14:22). Recomendamos que los miembros y ministros de nuestra Iglesia se abstengan de lanzar críticas indebidas a la ciencia médica cuyos adelantos nadie puede negar y que se originan en la habilidad que Dios ha dado a los hombres para ir descubriendo los secretos del funcionamiento del organismo humano. Al mismo tiempo, los exhortamos a que no se opongan a las campañas de higiene, vacunación y limpieza que realiza el gobierno, sino que, por lo contrario, colaboren decididamente en los lugares donde sea posible.
12. La Santidad
Creemos que todos los miembros del cuerpo de Cristo deben ser santos, es decir, apartados de todo pecado y consagrados al servicio de Dios. Por esa razón deben abstenerse de toda clase de practicas, diversiones e inmundicias de carne y de espíritu (Levítico 19:2; 2da. de Corintios 7:1; Efesios 5:26,27; 1ra. de Tesalonicenses 4:3,4; 2da. de Timoteo 2:21; Hebreos 12:14; 1ra. de Pedro 1:16).
Sin embargo en la práctica de la santidad, creemos que debe evitarse toda clase de extremismo, ascetismos y privaciones que tienen cierta reputación de sabiduría, en culto voluntario y de humildad y en duro trato de la carne, la cual sombra de lo porvenir, mas el cuerpo de Cristo (Colosenses 2:17-23). En lo que respecta a alimentos, sabiendo que todo lo que crió Dios es bueno y nada hay que desechar tomándolo con nacimiento de gracias. (1ra de Timoteo 4:4).
13. El Matrimonio
Creemos que el matrimonio es sagrado, pues fue establecido desde el principio y es honroso en todo (Génesis 2:21-24; Mateo 19:1-5; Hebreos 13:4). Los matrimonios deben verificarse de acuerdo con las leyes de los países respectivos y luego solemnizarse en la Iglesia según la práctica aprobada. Las parejas que no hayan legalizado su unión y deseen bautizarse, deben cumplir primeramente con los requisitos de las leyes civiles.
Creemos que el matrimonio es la unión que debe perdurar mientras viven los dos cónyuges. Al morir uno de ellos, el otro esta libre para casarse y no peca si lo hace en el Señor (Rom 7:1-3; 1ra. de Corintios 7:39).
Creemos además que los matrimonios deben verificarse exclusivamente entre miembros fieles. Ningún ministro deberá casar a un miembro de la Iglesia con una persona inconversa. Los miembros que estando en plena comunión se casaren con una persona inconversa, deberán ser juzgados por lo Pastores.
14. El Estado y la Iglesia
Creemos en la separación del estado y la Iglesia y que ninguno debe intervenir en los asuntos del otro, pues aquí se cumple el precepto bíblico de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Marcos 12:17).
Los cristianos deben tomar participación en actividades cívicas de acuerdo con su capacidad e inclinaciones políticas, pero siempre reflejando sus ideas personales y no las de la Iglesia, que siempre es neutral y tiene cabida para los hombres de todos los credos políticos. Al mismo tiempo, todos los cristianos, deben a las autoridades civiles y todas las leyes y disposiciones que de ellas emanen, siempre que no contradigan sus principios religiosos o los obligue a hacer cosas en contra de su conciencia (Romanos 13:1-7).
15. Servicio Militar
La Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, reconoce al gobierno humano como de ordenación divina (Romanos 13:1,2) y hacerlo así, exhorta a sus miembros a que afirmen su lealtad a su patria. Siendo discípulos del Señor Jesucristo, es deber de todo cristiano obedecer sus preceptos y mandamientos que enseñan como sigue: "no resistáis al mal" ( Mateo 5:39). "Tened paz con todos los hombres" (Hebreos 12:14). También (Romanos 12:19; Mateo 26:52; Santiago 5:6; Apocalipsis 13:10). Por estas escrituras se cree y se interpreta que los seguidores de nuestro Señor Jesucristo no deben destruir propiedades ajenas o quitar vidas humanas.
Se considera un pecado, que después de haber recibido conocimiento de la verdad, haber sido nuevas criaturas en Cristo Jesús, participar en acciones actos diferentes a aquellos recomendados por la Divina Palabra de Dios (Hebreos 6:4-9; 10:26;27).
Por tanto, se aconseja a todos los miembros que de acuerdo al dictamen de su conciencia, sirvan libremente a su patria, en tiempos de paz o de guerra, y prestar servicio no importando cuán duro o peligroso sea en todas las capacidades NO COMBATIENTES. La doctrina enseña por que se ore por que tengamos siempre hombres de Dios como gobernantes y orar por ellos para que tengan siempre ordenanza Divina y para que como nación, seamos guardados fuera de la guerra, con honor y vivir en paz continuamente (1ra de Timoteo 2:1-3).
16. El "Pecado de Muerte"
Creemos, a la luz de la palabra de Dios, que hay pecado de muerte y que si este es cometido en los términos que expresa la misma Biblia, se pierde el derecho de la salvación (Mt. 12:31,32; Romanos 6:28; Hebreos 10:26,27; 1ra. de Juan 5:16,17). Por tanto, recomendamos que todos los fieles se abstengan de dar oído a doctrinas en que se promete seguridad eterna al cristiano sin importar su conducta, y la idea de que "una vez salvo, siempre salvo", pues la Biblia enseña que es posible ser reprobado y se necesita permanecer fiel hasta el fin(Romanos 2:6-10; 1ra. de Corintios 9:26,27).
17. Sistema Económico de la Iglesia
Creemos que el sistema que la Biblia enseña para la obtención de fondos necesarios para el cumplimiento de la obra es el de diezmos y ofrendas y que debe ser practicado por ministros y creyentes igualmente (Génesis 28:22; Malaquias 3:10; Mateo 23:23; Lucas 6:38; Hechos 11:27-30; 1ra de Corintios 9:3-14; 16:1,2; 2da. de Corintios 8:1-16; 9:6-12; 11:7-9; 1ra. de Timoteo 5:17,18; 6:17-19; Gálatas 6:6-10; Filipenses 4:10-12, 15-19; Hebreos 13:16).
Sabiendo que la obra de Dios no tan sólo tiene aspecto espiritual, sino también material, creemos que es necesario reglamentar la manera en que se adquieren y distribuyan los fondos necesarios para responder a las necesidades materiales de la obra.
18. El Cuerpo Ministerial
Creemos que el ministerio es un llamamiento de Dios y que el Espíritu Santo confiere a cada ministro la facultad de servir a la Iglesia en distintas capacidades y con distintos dones, cuyas manifestaciones son todas para edificación del cuerpo de Cristo (Romanos 12:6-8; 1ra. de Corintios 12:5-11; Efesios 4:11,12).
Creemos también que, aunque el llamamiento al ministerio es de origen Divino, la palabra de Dios contiene suficientes enseñanzas sobre los requisitos que debe llenar la persona que vaya a servir en el ministerio y que corresponde a los gobiernos eclesiásticos debidamente organizados examinar a los candidatos a ministerios y determinar cuándo son dignos de aprobación, y la tarea a que se deben dedicar (Hch. 1:23-26; 6:1-3; 1ra. de Timoteo 3:1-10; 4:14; 5:22; Tito 1:5-9).
Creemos además, que el Espíritu Santo usa al ministro en distintas formas, según las necesidades de la obra de Dios y la capacidad y disposición personal del ministro. Nadie puede ser colocado en una posición más elevada que aquella a que se haga merecedor (1ra. de Timoteo 3:13; Romanos 12;3). Creemos que el Obispado es el cargo más elevado en el ministerio y que a quienes lo ocupan, se les debe dar nuestras especiales de consideración y respeto, sin menoscabo de los que ocupan posiciones de menor responsabilidad.
DIOS LES BENDIGA!!!
Pastor: Marco Tulio Gutierrez
Subido por: Rudy Guzman